¿Dónde quedan esas esquinas protegidas de Madrid? Sabía dónde encontrarlas, lo que no sabía es que un lunes 23 de julio más de uno acudiera con el mismo propósito, decido mientras tanto visitar otra esquina que tantos buenos recuerdos me trae y acompaño bocadillos de lomo-queso y bacon-queso con una agradable charla. Una vez dentro, noto que el concierto va a ser diferente y eso que sé, que cada "concishow" de estos chicos no tiene nada qué ver con el anterior. Veo caras conocidas y echo de menos otras.
Un concierto inicialmente "blandito" da paso a las palmas de la gente que acompañan cada tema mientras un perro invitado a la cita se ocupa de ladrar al final de cada canción.
Llega el final del concierto y pienso que en un día como hoy, no habrá baile para dos, que el cielo me dice que siga esperando una señal mientras sigo enganchado a la fantasía de soñar qué bonito sería tener cerca de mí una dama sin precio, cueste lo que cueste.
Ochentaycuatro - Correr
0 comentarios:
Publicar un comentario