No recuerdo cuándo los descubrí. Creo que siempre los he tenido cerca y supongo que no sabría vivir sin ellos; grandes, pequeños, medianos, de colores, de una marca o de otra son hojas de mi diario sin encuadernar que casi a menudo acaban en la papelera. Mi ordenador está lleno de notas amarillas, no podría ser de otra forma. Suelo garabatear y pegarlos, otras veces escribo una palabra, una frase. Cuando empecé a trabajar mi hermano me regaló un juego de escritorio y como no, un taco de post-it! Todos aquellos papelitos amarillos que en mi infancia habían acogido mis dibujitos esperaban ahora un futuro lleno de contraseñas, teléfonos, direcciones, horarios, tareas pendientes.
La realidad es bien distinta y mis compañeros ya se acostumbraron a mi adicción, mi post-it de peliculas pendientes, el de positivos y negativos, el de piensa en frío, el de mi nombre y el que con más ilusión conservo han reemplazado otros que debieran ser.
El susto entre interrogantes de unas entradas atrás se ha confirmado y seguramente me esperan un par de meses de vacaciones. De momento mañana me depediré con un "hasta luego" y espero no encontrar a mi regreso alguna broma de buen gusto ;)
Mientras tanto podeis escribirme el post-it que querais
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