Fin del viaje

Con esta entrada finalizo mi semana de vacaciones. Después de unos días descansando seguí recorriendo la zona y llegué hasta Faro, ciudad amurallada, continuamente sobrevolada por multitud de aves típicas de la zona costera y por los aviones que despegan y aterrizan en el aeropuerto de la misma ciudad, era inevitable mirar al cielo y ver azul por todas partes. Es curioso ver como la via del tren transcurre pegada a la costa pudiendo obtener fotos en la que es posible captar 3 medios de transporte.


Más tarde fui a visitar Loulé. Ciudad que conserva el encanto de los pueblecitos portugueses con un bonito mercado y calles adoquinadas. La penúltima parada sería para visitar la iglesia de San Lorenzo en Almansil. Iglesia totalmente alicatada con azulejos típicos portugueses, una visita muy recomendable. Además a dos pasos se encuentra el Centro cultural de San Lorenzo con bonitos jardines donde poder volver a la realidad después de ver la ficción de los cuadros de arte contemporáneo que pude contemplar.
Una de mi pasión son los campos de futbol y no podía irme del Algarve sin visitar su estadio más famoso, construido con motivo de la Eurocopa disputada en Portugal hace unos años. El estadio simula las naves de los pescadores como homenaje a la zona donde se encuentra y no dejó indiferente a ningún portugués.
La semana llegaba a su fin y fue desayunando cuando Kike me dijo: ¡Qué rápido nos malacostumbramos!
Estos días quedan ya en mis recuerdos mientras busco los caminos que me lleven a mi próximo destino.