En casa de herrero

No suelo ver muchas películas, y mucho menos comentarlas pero en este caso haré una excepción. Un fin de semana tranquilo lleno de palomitas y mando a distancia terminó con una película de intrigante título, “Hierro 3”. El “hierro 3” es un palo de golf muy pocas veces usado, y yo suelo ver poco cine. Quizás por eso le di una oportunidad y lo rescaté de la bolsa del caddy para pasar la madrugada, aunque este dato lo he sabido después, al investigar un poco más sobre la película. De momento ni soy millonario ni me interesa lo más mínimo este ¿deporte?.
Vuelvo a decir que no suelo ver muchas películas pero siento curiosidad por todo aquello que se sale de lo normal así que decidí rellenar mi botella de agua y prepararme para una sesión de filosofía oriental. Con la idea de quedarme dormido viendo una película que a priori invitaba al más plácido de los sueños fui despertándome progresivamente hasta engancharme totalmente con la historia que se proponía.
Un muchacho sin oficio ni beneficio se dedica a habitar casas en ausencia de sus dueños, mientras les compensa realizando durante su estancia las tareas de la casa y algún que otro arreglillo. Una vez regresan los propietarios, el chico busca un nuevo hogar.
Todo cambia cuando entra en el hogar de una bella chica que sufre malos tratos por parte de su marido. Ambos se intercambian miradas cómplices y juegos de silencios que llevan a lo inevitable...No contaré mucho más de la película por si alguno está interesado en verla.
Este palo de golf hizo un magnífico recorrido por los 95 minutos que duró el circuito por lo que la única pega posible sería con la organización de este evento, la cual decretó el comienzo a una hora intempestiva.