Haciendo esfuerzos por recordar lo que fue 2010 y estrenando propósitos para el nuevo año se viene a mi memoria uno de los conciertos más bonitos a los que he podido ir. Con tan sólo la iluminación de unas velas, un teclado y la voz de Alejandro Martínez se hizo mágica una noche a la que no faltaron Marino Saiz al violín y Lucía Caramés acompañando en varios temas con su voz.
No conservo fotos ni vídeos de aquella fecha pero os dejo con una canción para escuchar con los ojos cerrados como una aproximación de lo que allí sucedió.
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